Año 02 - Mes 05: Abril 2010

Después del viaje a Marruecos del mes pasado, hice varias salidas por los alrededores de mi garaje, nada especial salvo una al puerto Pinos o la Cubilla.

Alguien me dijo que no se podía subir porque seguía cortado por la nieve y, claro… ¡tenía que comprobarlo por mí misma!.

Subí con cuidado sin pararme a sacar fotos hasta donde ya era imposible continuar.

Después de unas cuantas fotos, emprendí la bajada y ahora si paré en varios sitios a sacar fotos, como aquí donde se pueden ver varios tramos de la subida.

Aunque esta foto del mismo lugar da una idea de cómo estaba la carretera. A partir de ese punto solo pude subir un par de kilómetros más.

Y lo malo no estaba únicamente en la nieve sino en los desprendimientos de tierra (argayos) que dejan alguna piedrecita atravesada en la carretera.

Menos mal que yo no me achico fácilmente porque hay que reconocer que había tramos algo complicados para ir yo sola.

Pero todas estas aventuras merecen la pena por los paisajes que puedes ver por el camino.

Como siempre digo, todo esta agua que nos cae contantemente es el precio que tenemos que pagar en Asturias para tener un paisaje tan verde.

No faltaron más salidas cortas, como una excursión al pueblo de Bandujo donde la carretera se acaba y tienes que dar la vuelta, pero los paisajes merecen la pena.

Además, el pueblo está bastante bien conservado y tiene algunas curiosas construcciones.

Pero la excursión gorda de este mes fue a tierras extremeñas comenzando por una visita a Cáceres, una ciudad que aún no conocía pero de la que Santi me había hablado muy bien.

A partir de ahí nos dedicamos a visitar algunos pueblos de esos que siempre vas posponiendo pero que merecen conocerse con tranquilidad.

El primero de ellos fue Trujillo, que pillamos en ferias y con un calor asfixiante en su plaza mayor.

No pude encontrar una sombre así que me quedé aparcada mientras Santi se dedicaba a conocer el castillo en la parte alta del pueblo…

Desde donde las vistas eran preciosas como no podía ser de otra forma.

De allí nos fuimos a Guadalupe por bonitas carreteras de montaña, pero nos encontramos el pueblo en fiestas con mucha gente por todos lados, así que decidimos hacernos una foto delante del monasterio y dejamos la visita a fondo para otra ocasión.

Ya se estaba haciendo tarde por ese día así que tomamos un tramo de autopista y a la salida nos encontramos con un curioso monumento al tomate.

Después enfilaríamos carreteritas secundarias y poco transitadas por el Parque Nacional de Monfragüe…

Donde contemplamos enormes buitres en libertad…

Y dimos por finalizada la excursión por ese día.

A la mañana siguiente salimos de Plasencia y atravesamos el puerto de El Torno, que no conocía.

El principal destino de hoy y del viaje era hacer una visita al pueblo de Granadilla.

Según parece, este pueblo debería haber sido engullido por las aguas del Embalse de  Gabriel y Galán así que desalojaron a todos sus habitantes dejando el pueblo abandonado.

Posteriormente se detectó un error en los cálculos y el agua no llegó a inundar el ya pueblo fantasma.

Hoy en día se están reconstruyendo y habilitando varias casas, incluso hay algunos servicios.

Sin duda, lo más bonito del pueblo es el pequeño castillo que hay a la entrada formando parte de las murallas. Además está en perfecto estado, menos mal que no se destruyó con el embalse.

Ya solo me quedaba regresar por la Ruta de la Plata, sin coger la nueva autopista, incluso visitando la antigua, antigua, antigua ruta que hicieron los romanos en su época.



Seguir leyendo          Volver a la página de inicio