Año 07 - Mes 08: Galicia 2015

En julio nos fuimos con una amiga y su piloto Elsi a una concentración…
En La Coruña, donde ya estaba todo preparado cuando llegamos.



Enseguida nos quedamos en el garaje de un enorme hotel…

mientras que los pilotos se iban a cenar con muchas ganas de juerga.

Desde el comedor tenían una vista impresionante de la ciudad de La Coruña.

Antes de acomodarse se hicieron las primeras fotos de grupo…

Y enseguida fueron cogiendo sitio en las mesas.

Míralos… tortolitos… como esperan por su cena.

Y tras la cena vino una buena fiesta…

Donde todos bailaron y bailaron…

Incluyendo al patoso de mi piloto.

El buen ambiente reinaba por doquier y se lo pasaron en grande hasta bien entrada la madrugada.

Por fin, el sábado salimos nosotras aunque con los pilotos un poco perezosos.

La primera parte de la excursión nos llevó a la emblemática Torre de Hércules…

Donde hicimos un descanso y los pilotos admiraron las vistas desde ese privilegiado lugar.

Después continuamos el viaje hasta donde tocaba hacer una visita culturas…

A una fábrica de cerámica de la zona.

Además de la visita tomaron un tenteenpié…

Y después reemprendimos la ruta hasta la costa…

Donde se pusieron realmente morados comiendo pulpo y mas pulpo.

Tras la tarde libre en la que nosotras descansamos en el aparcamiento mientras los pilotos daban un paseo, llegó la hora de cenar, de nuevo en pequeños grupos que hacen mas agradable estos encuentros.

Mira que cara de felicidad…

Incluso al día siguiente en el que nos despedimos por la mañana del resto de compañeras para que cada una tomase dirección a su casa.

Eso si, nosotros nos iríamos de excursión, que aun teníamos todo el domingo y todo el lunes para disfrutar de los paisajes de Galicia…

Y de sus carreteritas costeras que nos llevaron hasta Muxia, donde quedamos un ratito aparcadas frente al faro…

Mientras los pilotos se acercabas hasta la Pedra de Abalar.

Como no consiguieron que la piedra se moviese, intentaron pasar por ella… sin mucho éxito.

Como era de esperar, Santi no dejó pasar la ocasión para sacarse una foto frente al Santuario da Virxen da Barca.

A la hora de irnos aun disfrutamos con un grupo de pequeñas veteranas que se habían acercado hasta allí….

Formando un colorido grupo donde no podían faltar las Montesas…

Ni las omnipresentes Vespas, claro.

A pesar de que el tiempo no acompañaba mucho, todas se fueron alegres a disfrutar del resto del día…

Mientras yo me sacaba una foto del santuario antes de reemprender la marcha…

En dirección a Finisterre, donde llegamos tras un montón de kilómetros bajo una incesante lluvia y una espesa niebla.

Aun así, los pilotos disfrutaron un buen rato con todos los rincones del sitio…

Que no deja de ser un faro…

Pero está cargado de simbolismo y misterio. Lástima que no se pudieran disfrutar las vistas.

En fin, nosotras a lo nuestro y a continuar rodando por la costa…

Para llegar a un nuevo destino que aún no conocía.

De nuevo quedamos aparcadas a la entrada mientras los pilotos recorrían una bonita pasarela de madera…

Que les llevaría a la base de la Cascada de Ezaro, que parece que son las únicas de Europa que caen directamente al mar.

Impresionantes a pesar de la niebla.

Por aquí pasó la Vuelta Ciclista a España….

En busca de nuevos desafíos, sin duda.

La pendiente impresiona pero no es nada preocupante, lo preocupante era la niebla que había arriba e impedía disfrutar de las vistas del mirador.

El tiempo seguía sin acompañar así que fuimos directamente hasta la Isla de La Toja…

Para disfrutar un poco de las vistas…

Y relajarse después de un día lloviendo sin parar.

Para ello nada mejor que hacerse fotos por doquier…

aunque sea sin nosotras.

En fin, de ahí cruzamos de nuevo el puente que une la isla con la península de O Grove y dimos por finalizado el día.

Por suerte, el lunes amaneció esplendido, con un sol radiante…

Que nos permitió acercarnos a nuestro primer destino disfrutando de carreteritas secundarias.

Mira, la Ermita de la Asunción, en la provincia de Pontevedra…

Un sitio precioso y encantador donde se entrelazan las construcciones humanas con la naturaleza.

De ahí nos fuimos hasta la cercana Pena dos Enamoraos, unas piedras sin mas…

Donde sospechosamente nos hicimos una foto de grupo “muy juntitos”.

Y de ahí tomamos una carreterita que en tan solo un par de kilómetros…

Nos acercó a otra e esas curiosas formaciones rocosas que abundan por la zona.

Costó un poco encontrarla porque nos la pasamos de largo…

Pero después nos hicimos un montón de fotos, faltaría mas.

Curioso sitio…

Y curiosas piedras…

Que enseguida se llenaron de turistas, como no podía ser de otra forma.

Tras esta visita solo nos quedaba regresar a casa y dar por finalizado este precioso fin de semana.






Seguir leyendo     Volver a la página de inicio