Año 07 - Mes 03: Desafío del Sur 2015

Santi me había prometido una buena excursión en Febrero así que cogió unos días de vacaciones y nos fuimos en cuanto salió de trabajar.


Frío y nieve para dejar la meseta atravesando Pajares pero estaba dentro de lo previsto.

Enseguida apareció el sol de la meseta y el sur, lo que alegraría nuestra primera parada para una visita turística a Los Barruecos.

Es un paraje curioso con un enorme lago artificial que le confiere un encanto particular.

También hay varios edificios antiguos, uno de ellos dedicado a un curioso museo.

Como es lógico, yo tuve que quedarme fuera pero lo que se veía desde el exterior ya llamaba la atención.

Desgraciadamente era medio día y acababan de cerrar el museo así que Santi solo pudo hacerse una foto con esta curiosa escultura…

Con un no menos curioso nombre.

Tras un café nos fuimos a dar un paseo por los alrededores dejando la visita al museo para otra ocasión.

Además de bonita esta zona para que aniden las cigüeñas es bastante práctica… sobre todo para ellas.

Había una pista con señales hacia unas áreas de descanso, así que nos aventuramos…

Y disfrutamos de unas bonitas vistas de este paraje donde las enormes piedras redondeadas tienen gran protagonismo.

No se por qué me da a mí que en verano esto debe estar lleno de gente bañándose y tomando el sol.

En fin, tenemos que aprovechar el buen tiempo así que abandonamos la autopista que nos trajo hasta aquí para disfrutar de las carreteras secundarias Extremeñas…


Hasta llegar al pueblecito Sevillano de Aznalcóllar donde muestran orgullosos los signos de su actividad minera…
Aunque da la sensación de estar algo parada.

No obstante impresiona el tamaño de la maquinaria utilizada en esta explotación: dentro de ese cazo entro yo entera.

Siguiendo con la visita minera nos dirigimos a otro pueblo con un impresionante complejo minero ya abandonado, Villanueva del Río y Minas.

No solo tiene su castillete perfectamente conservado…

Sino que alguno de sus edificios son simplemente preciosos teniendo en cuenta que su función es puramente industrial.

Venga, nos hacemos la última foto del día con la típica imagen de este complejo…

Y comenzamos el día siguiente acercándonos a Jeréz donde nos vamos a ver… ¡¿un par de placas en una acera?!.

Entro yo y todo para hacernos la foto… ¿y que tiene esa placa de importante?.

Pues que es la primera del paseo de la fama de Jerez, dedicada al gran piloto español Angel Nieto, toda una institución.

Tras la visita a Jerez nos vamos a uno de los pueblos con mayor fama de la costa de Cádiz, Zahara de los Atunes.

La playa tiene un inmenso aparcamiento que imagino lleno de coches en verano aunque en esta ocasión solo había un par de autocarabanas.

El pueblo no me gustó mucho pero hay que reconocer que la playa es impresionante, muy grande y muy bonita.

Tras esta visita nos vamos un poquito más allá y encontramos este trozo de carretera encajonado entre árboles…

Que dio paso a esta impresionante vista en la que las dunas invaden literalmente la carretera.

Esta carreterita lleva al pequeño poblado de Paloma Baja donde hay muy pocas casas y menos gente…

En una zona que hace tiempo fue un importante enclave militar.

La carretera asfaltada acaba en el pueblo aunque continúan varias pistas que no tenemos tiempo de investigar así que damos media vuelta disfrutando la vista de la playa de Valdevaqueros, un paraíso para los amantes de los deportes de playa y viento.

De nuevo en la zona de dunas nos hacemos una foto, porque Santi quiere salir también, claro.

Este enorme tractor llevaba una cuba que iba regando la arena…

Para que esta pala pudiera apartarla de la carretera con comodidad, algo que tienen que hacer de forma periódica porque los vientos impulsan la duna una y otra vez sobre la carretera llegando a cortarla varias veces al año.

Pero debíamos seguir camino así que tomamos la carretera de la costa que, en realidad es una autopista saturada y llena de límites de velocidad pero en la que a poco que te parases tenías unas vistas preciosas de la costa.

Y damos comienzo a la excusa principal del viaje, la participación en la ruta invernal el Desafío 2015.

Para ello nos acercamos a Alhaurín de la Torre donde ya había varias compañeras en los alrededores de lo que mañana sería la salida

Una de las pruebas de la ruta consistía en sacarse una foto con una moto que sirve para probar la ropa que se compran los pilotos sin necesidad de llevar su propia montura.

Esta prueba fue sencilla así que a disfrutar un ratito del entorno y los patrocinadores.

Como estaba llena de barro y arena de la duna y la playa, aproveché el repostaje para darme un buen baño y quedar bien limpita para las fotos.

Luego nos fuimos a uno de los paraísos de los humanos del norte: Torremolinos, sus playas y su clima.

Una ciudad totalmente enfocada al turismo que disfruta de un clima envidiable para las que somos del norte.

En el aparcamiento del hotel ya había muchas compañeras esperando a pesar de ser media tarde…

Lo que permitió a Santi hacer los trámites con el hotel, instalarse, ducharse y…

Bajar a ver las compañeras que había por allí aparcadas, muchas de ellas en grupos homogéneos,…

Otras veteranas con una presencia impecable a pesar de su edad,…

Los siempre presentes scooters que no se pierden una,…


Y muchas más compañeras que iban llegando en un goteo constante de pequeños grupos.

Como era de esperar, esto produjo una de las peores situaciones de estas pruebas, las temidas y odiosas colas para los trámites administrativos…

Que los pilotos tomaban con calma y resignación después del viaje. Menos mal que nosotros llegamos pronto.

Con un poco de retraso comenzó la charla sobre la prueba donde dieron unas cuantas indicaciones…

Y enseguida llegó la hora de cenar.

El ambiente nocturno era espectacular, cada vez más motos llegaban al aparcamiento.

El día siguiente comenzó muy temprano y a las 06:00 comenzó el reparto de los libros de ruta y los dorsales, Santi estaba el segundo de la fila…

Y como ya sabemos de qué va esto, enseguida nos fuimos a la salida en Alhaurín de la Torre a donde llegamos los primeros cuando aún estaban poniendo las cosas.

Casi sobre la marcha nos sacamos la foto protocolaria y sellamos por primera vez sin ningún tipo de prisa, con toda la tranquilidad del mundo, somos los primeros en tomar la salida.

Ahora si, terminados los trámites burocráticos el tiempo lo gestionamos nosotros y tenemos todo el día para hacer cuatrocientos y poco kilómetros, así que vamos a tomárnoslo con calma.

Bueno… tanta calma… venga tío, enrolla el libro de ruta que eres un poco lentorro.

Empiezan a llegar las primeras compañeras y se forman las primeras colas, pequeñas de momento pero seguro que dentro de un rato serán muy pesadas. Nosotros ya estamos en marcha.

Kilómetro 0, primera viñeta, aun de noche…

Y comenzamos a cogerle el ritmo a la prueba con alguna gota de lluvia.



Los primeros rayos del sol dejan ver los preciosos pueblos blancos típicos del sur.

Poco después tomé el primer desvío por pista de tierra, como no podía ser de otra forma.

Pista sencilla, tranquila, solitaria…

Que me llevó al primer punto de control donde los miembros de Moteros Gaditanos tuvieron a bien hacerse una foto conmigo tras un ratito de entretenida charla con Santi. Si es que la gente del sur son de lo más simpático y agradable. Un saludo para todos los miembros de la Organización y gracias por vuestro estupendo trabajo

Continúo la ruta y volvemos a otro tramo de carretera para abandonarla posteriormente por otra entretenida pista donde ya se ven los primero árboles en flor anunciando la primavera a pesar del día nublado que estamos teniendo.

Otro control, parece que vamos de los primeros y muy relajados así que Santi acepta la invitación de los miembros del control y se toma un café con ellos, después una foto en la ermita de las tres cruces y continuamos ruta tranquilamente.

Mas carreteras, más pistas,… mas paisajes.


Entre tanta pista por tierras de olivos nos perdimos un rato y acabamos en el centro de este precioso pueblo donde retomamos la ruta sin haber perdido mucho tiempo…

Y justo antes del siguiente control en un precioso puente..

Donde los pilotos tenían que buscar una cuerda con su número de dorsal que estaba mezclada con todas las demás en unas bolsas. ¡Santi, busca la cuerda y déjate de fotos!.

Mas ruta, más carretera, más diversión, más controles, en este caso con reparto de fresas incluidas… con lo que Santi odia las fresas.

El rutómetro nos metió en la autopista de acceso a Málaga durante unos kilómetros y poco después estábamos de nuevo en una pista con unas vistas estupendas de la ciudad y el Mediterráneo.

Por cierto, la pista me llevó de nuevo a este puerto que ya pasé en otras dos ocasiones y que resulta muy curioso por su doble nudo de corbata.

El sol comenzó a salir cuando llegamos al precioso pueblecito de Comares…

Al que accedimos por “la parte de atrás” para buscar las tres ubicaciones de la prueba fotográfica.

La primera era la estatua al “fiestero” que estaba en una pequeña plaza del pueblo,…

Un pueblo realmente precioso, con mucho encanto…

Y unas calles muy estrechas y empinadas que daba gusto recorrer.

Nos acercamos a la plaza donde había un buen montón de compañeras y allí me quedé descansando mientras Santi conseguía las otras dos fotos de la prueba, con el castillo y el aljibe.

Conseguidos los tres sellos de las pruebas fotográficas (Motos Garrido y las tres de Comares) el gran reto consistía en conseguir el sella de la ginkana para lo que en esta ocasión había que hacer girar una peonza o trompo con la cuerda que habían cogido en el puente, unos cuantos kilómetros más atrás. Muy simpático ver a los aguerridos moteros pelearse para hacer girar la peonza.

Santi tardó más de 10 minutos en enroscar la cuerda correctamente y sin que se soltase pero de forma totalmente inesperada la peonza comenzó a girar al primer intento. Pura suerte, nunca lo había conseguido antes. Pero bueno, otro sello y a continuar ruta, que los tenemos todos… hasta este punto.

Y digo esto porque había un ambiente muy relajado en la plaza del pueblo a eso de las 14:00 horas, nosotros continuamos porque Santi no necesita repostar cuando estamos pasándolo bien. Grave error.

El caso es que enlazamos una tras otras las carreteritas que venían en el rutómetro…


Escogiendo siempre la opción más divertida en los “tu decides”.

Tanto que nos encontramos con una entretenida pista lleva de una fina capa de barro rodeada de una densa niebla. Sospechoso… solo hay una marca de una moto antes que nosotros, ¿soy la segunda?.


Al final de la pista nos encontramos con unas ligeras compañeras de enduro con unos equipadísimos pilotos que se quedaron atónitos cuando les pedimos que nos hicieran una foto…

Muy deseada por todos los participantes en este Desafío, no entiendo porque ellas pasaron por el puente con los tacos que llevaban en las ruedas y los enormes recorridos de suspensión que lucían.

El caso es que volvimos a otro tramo de carreteritas secundarias que rodeaban pantanos entre la niebla…

Subían puertos con restos de nieve en las cunetas… y por fin salimos de la niebla y al fondo se volvía a ver el sol… pero ninguna moto desde hace un buen rato.

El caso es que enseguida me doy cuenta de que estoy en un sitio conocido que recuerdo por su impresionante paisaje de roca…

Y que en mi anterior visita no pude retratar porque se estropeó la cámara de fotos, así que ahora toca resarcirse.

A pesar de ser un puerto considerable no tiene ningún letrero que indique su nombre, solo este pequeño cartel en un mirador que parece ser el que da nombre al puerto.

Nada… que no hay motos y al fondo se ve majestuoso el Mediterraneo… algo pasa. Bueno, Santi se para,se relaja y piensa ¿Qué pasa? ¿Por qué hace rato que no vemos motos?. En esto recuerda un papel que la organización dio con el rutómetro y donde venían los horarios de los distintos puntos de control... ¡¡¡OSTRAS!!!, son las 14:30 y aún no han abierto tres puntos de control por donde ya hemos pasado. Claro, hay un salto importante para parar a comer. Como nosotros no paramos… pasamos antes de que abriesen los controles. ¡¡¡AAAAAHHHHHH!!!

En fin, bajamos tranquilamente a Almuñécar donde nos encontramos con otro de esos sitios un tanto peculiares pero que tanto nos gustan, el Barco España, que en realidad es un edificio de ladrillo que imita a la perfección a un barco en medio de una calle.

Vamos con casi dos horas de adelanto así que tenemos que pasar un buen rato por aquí antes de llegar al siguiente control.

Discusión:
Vara: ¿Vamos o qué?, se me va a enfriar el aceite.
Santi: Calla oh, que por no parar a comer nos saltamos unos cuantos controles.
Vara: ¿Y qué?, hicimos todo el recorrido y nos lo pasamos bien.
Santi: Ya, pero no pudimos sellar el pasaporte.
Vara: ¿Tienes miedo que no te den el diploma?, si ya tienes muchos y no miras pa ellos…
Santi: Bueno, si, pero ya que venimos vamos a seguir las normas de la salida, ¿no?.
Vara: Hombre, haberte parado antes a mirar el papelito ese en lugar de hacer tantas fotos.
Santi: Las fotos son recuerdos y luego presta verlas cuando pasa un tiempo.
Vara: Ya, también presta rodar y rodar por estas carreteras y estas pistas tan guapas, ¿no?.
Santi: Si, pero también hay que seguir las normas de cada prueba…
Vara: Para eso te tengo a ti, tu te ocupas de la logística, yo me ocupo de llevarte, ESPABILA.
Santi: Oye, que entre el rutómetro, disfrutar del paisaje, hacer fotos, hablar con la gente… no me acordé de mirar el papelito.
Vara: Pues a mi no me vengas con historias y espabila que se me enfría el aceite.
Santi: Aún tenemos que esperar una hora para no llegar demasiado pronto al siguiente control.
Vara: ¡¡¡Una hora parada!!!, tu estás mal, ahora me enfado.
Santi: Pues vale, aprovecharé para comer un pinchín.

El caso es que después de un rato reemprendí la marcha un poco cabreada… este piloto mío no se entera.

Enseguida llegamos al mirador de Cerro-Gordo que está en un tramo sin uso de la antigua nacional que bordea la costa.

Aquí finaliza el rutómetro y está el último punto de control como quería “este”, solo nos queda sellar y hacer unos 90 kilómetros por autopista hasta el hotel en Torremolinos.

Cada vez van llegando mas compañeras, incluso algunas en sentido contrario al rutómetro… supongo que conocerán la zona y atajan un poco. Nosotros ya nos vamos al hotel.

Míralo… tan contento con su diploma oro y su cartilla con nosecuantos sellos… si es como un crio.

Hay que reconocer que estos tios del MotoClub Moteros Gaditanos se lo curraron de lo lindo, además de salir todo perfecto es una prueba muy divertida y muy económica. Mira todo lo que se lleva Santi… aparte de una camiseta, un gorro de lana y una bolsa para el casco… todo por 30 euros, increíble.


Después de un buen lavado en una gasolinera y de descansar las suspensiones toda la noche, espero a que Santi salga de desayunar… si deja de hacer tanta vida social, aquí con los presentadores de Motos x 1000 que también participaron en la prueba con dos preciosas Vstrom de las nuevas.

Venga hombre… mira que día de sol y nosotros aun aquí… bueno, nosotros y muchas compañeras mas.

Por fin en la carretera otra vez, ni una nube en el cielo, ni un coche en el asfalto, ni una recta a la vista…

Y este que vuelve a pararse para hacer visitas turísticas, ¡que tio!.

Venga, bah, acepto porque la carretera parece interesante…

Y el paisaje impresiona, una pasada.

¿Dónde vas?, ¿Qué hago yo en el aparcamiento?, ¿otra vez de turisteo?.

Menos mal que la visita a pie se acabó pronto y me tocó recorrer un poco de esta zona con un paisaje tan característico.

Desde luego, la naturaleza cuando se pone llega a realizar unas formas de lo más curiosas.

Mira el angelito… al final se sacó la foto con “el tornillo” de “el Torcal”, ya está contento.

Venga, a rodar… y más fotos… A RODAR.

De nuevo tomé carreteritas secundarias en sentido contrario… 

Para dirigirme a Osuna para ver unas canteras.

¿Unas canteras?... y ahora una de esas “fotos artísticas”.

A ver, seguro que este me tiene algo preparado, de momento me entretengo viendo al fondo unas compañeras trialeras haciendo sus pinitos por las canteras abandonadas.

Anda mira, esto si que es curioso… parece una tumba egipcia o algo así.

Otra vez tengo vetado el paso, me quedo en la puerta…

Mientras Santi entra a ver la zona con un nuevo amigo.

Se trata de las mismas canteras pero con una forma de explotación diferente, “excavando” en la piedra en lugar de al aire libre.

Así quedan unos huecos impresionantes que se aprovechan por una empresa local para alquilarlos en bodas, anuncios, cenas de empresa… o lo que se tercie.

Además, hace tiempo un escultor local estuvo trabajando y creó una serie de esculturas por toda la zona que le dan un aire aun mas impresionante al sitio en cuestión.

Por si fuese poco, estas canteras no son modernas, no, datan de la época de los romanos.

Una visita curiosa, ahora toca rodar de nuevo entre olivos que nos acompañan casi todo el viaje.

Santi quedó con un amigo y como es temprano nos paramos para que el reposte en un sitio de los que tanto le gustan…

En plena naturaleza, al aire libre y justo al lado de una vía verde de lo que en otra época fue un ferrocarril muy activo.


Ahora solo quedan dos furgones arreglados como comedor en lo que fue la antigua estación de Luque.

Tras el ratito parada reemprendo la marcha y nos encontramos con Antonio y su preciosa GS 1200 Adventure, toda una señora moto.

Por suerte se saludan y charlan solo un ratito y enseguida emprendemos la marcha con una fantástica vista de Sierra Nevada al fondo, sobre la ciudad de Granada, todo un espectáculo.

A partir de ahí nos metimos por una zona de las Alpujarras que ya conocía y acabamos subiendo un puertecito nuevo para mí que resultó ser una carretera diseñada exclusivamente para que disfrutemos rodando.


Da gusto seguir a una compañera que conoce a la perfección esta zona y es que no solo disfrutamos del recorrido sino que también había unos paisajes espléndidos.

Alah, vamos con una foto con la cara sur de Sierra Nevada al fondo, que no te aguantas tio.

Y otro puerto para la colección…

Justo antes de parar a enfriar los neumáticos en un bar motero que hay en el alto.


Es impresionante que estemos a esta altura con el Mediterráneo tan cerca, allí al fondo, y por medio otra estupenda carretera que guardo en la memoria por si acaso…

En fin, toca despedirse. Muchas gracias por el paseo y la compañía amiga GS y Antonio, todo un placer rodar con vosotros. Espero repetir pronto por el sur o por el norte.

Cambiamos de día y lo primero es otra visita turística, en este caso a la ciudad de Almería donde nos fuimos a que Santi desayunara y de paso a hacer un par de fotos…

En este caso con el Cable Inglés, una curiosa construcción industrial que servía para cargar minerales en los barcos desde los trenes que transportaban su preciada carga desde esta tierra tan rica.

Como había que aprovechar el día enseguida nos pusimos en marcha con un sol espléndido y disfrutando de la compañía del mar.

Esto… ¿nos metemos a una pista?, esa playa tampoco es tan bonita como para merecer una visita, ¿Dónde vamos?.

Anda mira, El Algarrobillo, ya pasé por aquí pero no había parado.

Es un ejemplo típico de las construcciones que “escalan las montañas con forma de escalera” que tanto abundan por la zona.

Santi se empeñó en sacar una foto para ver la distancia del hotel al mar… y lo consiguió. ¿Me ves en la foto?.

Tras la curiosa visita tomamos el tramo mas divertido de la carretera de Carboneras a Aguilas y paramos de nuevo en el mirador, como no.

Luego volvieron las rectas y los omnipresentes “campos de plástico”, invernaderos por doquiero.

Ostras, una nueva carreterita estrecha, retorcida, mal asfaltada,… esto promete.

Además con vistas al mar y los antiguos muretes de protección.

De nuevo me quedo en un aparcamiento y Santi se va caminando a hacer la visita de TT (turista total).

Como no, tiene que hacerse una foto, no se aguanta.

El sitio se llama Castillitos y no se muy bien porqué…

Cuando su principal atracción son estos enormes cañones que afortunadamente están en desuso.

Puedes hacerte una idea de los pepinos que soltaban en esta foto.

Incluso los bancos de la zona parecían ser los cajones donde se guardaba la munición. ¡Eh!, ¿Qué haces ahí sentado?.

Vale, ya se que te queda una larga caminata hasta donde estoy yo, allí en la montaña… pero es lo que te queda, venga que nos vamos.

Nos dirigimos a Cartagena por el mismo paisaje un tanto seco y agreste..

Para encontrarnos con una nueva amiga y su piloto, Fuensanta, una mujer valiente y decidida con la que Santi comió, charló,…


Y visitó alguno de los rincones más bonitos de la ciudad,…

Con guía turística incluida.

Mira que preciosidad de ayuntamiento.

Pero el tiempo no da mas de sí y mi nueva amiga me acompañó por las calles de Cartagena…

Viendo algunos sitios curiosos…

Hasta dejarme a las afueras con una gran sonrisa. Un verdadero placer, a ver si coincidimos pronto por el sur o por el norte.

Por cierto, sé que soy muy guapa pero a que con Fuensanta a mis mandos gano mucho más que con Santi, ¿Eh?.

La siguiente visita me llevó a conocer a una dinámica Majesty y su piloto, el conocidísimo Roberto Rococa que tiene una hermana exactamente igual que yo.

Tanto Roberto como su mujer, Tatiana, hicieron de anfitriones de Santi durante un día y no podía irme sin sacarme una foto con ellos.

Por supuesto, también compartí unos kilómetros con ellos entrando en una de las zonas mas conocidas de Alicante a donde la trabajadora Majesty me llevó con una soltura increíble.

La primera parada en Xixona, el pueblo donde se hace casi todo el turrón de España.

Luego continuamos la excursión dejando atrás Alicante y el Mediterráneo pero sin perderlos de vista.


Por cierto, subimos por aquí, unas cuantas curvas divertidísimas y de buen asfalto…

Que forman el puerto de La Carrasqueta, conocidísimo en la zona y muy frecuentado por las compañeras más deportivas.

Tras la visita a los lugares obligados mi nuestros anfitriones nos llevaron a las verdaderas carreteras con encanto de la zona…

Donde las curvas y el paisaje alegraban el recorrido…

Hasta llegar a uno de los pueblos con encanto, Guadalest…

Donde ya habíamos estado un día lluvioso y feo, con este estupendo día de sol el pueblo lucía aún mas.

Tras la visita de rigor emprendimos la marcha de nuevo y nos paramos un momento en este pequeño museo de la moto que había a las afueras…

Pero íbamos justos de tiempo así que no entraron a visitarlo… BIEN, a RODAR.

Nos despedimos de nuestros amigos agradeciéndoles su hospitalidad y amabilidad y nos encaminamos a la ciudad de los rascacielos de España, Benidorm.

Puf, impresiona desde aquí arriba, fíjate en ese edificio de la derecha.

Venga bah, ponte tu también anda, que lo estás deseando.

Mira qué bonita la bahía con su islote… y que bonito es el amor entre los humanos.

Si desde arriba impresiona, desde abajo impone. La de la izquierda es la torre Lugano, la que se ve muy alta tres fotos mas atrás.

Ahora un paseíto por el centro lleno de turistas extranjeros y humanos de la tercera edad que disfrutan del sol y la playa en otro de los destinos por excelencia de los Asturianos.

Luego fuimos al Gran Hotel Bali, tan grande que no pudimos sacarlo entero en una sola foto.

Como para subirse allá arriba.

Pero la palma se la lleva este, el edificio In Tempo, un curioso edificio que figura como el más alto de España…

Y doy fe de que es alto, alto, alto.

Por cierto, el edificio está deshabitado, abandonado y a la venta. Además descubrí porque por la zona le conocen como “el diamante”.

En fin, después de tanto callejear echamos un último vistazo a la línea del cielo o skyline de Benidorm como dirían los que saben idiomas…

Y fuimos a parar a un rincón cerca de Daya Nueva…

Donde Santi quería ver unos grafitis en las paredes de unas naves industriales.

Anda, impresionante, ¿no?.

Vamos a echarle una carrerita al Comet.


Nunca me gustaron los grafitis pero hay que reconocer que cuando se hacen con buen gusto y criterio pueden llegar a ser auténticas obras de arte.

Seguimos ruta al atardecer, con el sol poniéndose por el horizonte…

Por las largas rectas del desierto…

Donde te puedes encontrar de todo, hasta perros durmiendo en un sofá en el tejado de la finca.


Es lo que tiene la Ruta 66, te puedes encontrar de todo.

Venga, bah, ponte guapo para la foto… o al menos inténtalo anda.


Para finalizar el día llegamos a Albacete donde quedé tranquilamente en el hotel mientras que Santi daba un paseo por la ciudad.

Salimos temprano y poco antes de abandonar la ciudad nos encontramos con esto… a que paramos, a que paramos…

No te digo, Santi y los trenecitos.

Bueno, hay que reconocer que es todo un símbolo, una Mikado, las últimas locomotoras de vapor en activo de RENFE, unas máquinas grandes, negras, pesadas, bonitas, redondeadas, sencillas, lentas, fiables, sin complicaciones técnicas, diseñadas en el siglo pasado, preparadas para rodar miles y miles de kilómetros sin apenas mantenimiento… anda, como yo.


El caso es que para finalizar el viaje se nos ocurrió visitar la que tal vez sea la recta más larga de España y que parte de La Roda, en Albacete…

Para recorrer de forma totalmente recta y llana los 14 kilómetros...

hasta Minaya.

En el pueblo hay una pequeña circunvalación de un kilómetro y medio y luego comienza otro terrorífico tramo recto que nos introduce en la provincia de Cuenca tras 23 kilómetros hasta El Provencio…

En total 38 kilómetros rectos con una circunvalación en medio.

Si además le sumamos los 9 kilómetros rectos hasta Las Pedroñeras…


Nos dan casi 50 kilómetros rectos con tan solo dos circunvalaciones a dos pueblos, curioso, ¿no?.

Tras ese tramo “tan peculiar” tomamos autopista hasta Madrid y dejamos la capital por el Alto del León donde el clima se complica…


Y parece que cada vez hay mas tráfico huyendo de las autopistas de peaje.

El resto del viaje transcurrió sin novedad, tan solo un control de alcoholemia y otro control rutinario para llegar al mismo paisaje nevado que dejé atrás una semana antes.


De nuevo en Asturias con su frio, su nieve, su niebla, su lluvia… ¡¡¡y sus carreteras!!!.



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