Año 05 - Mes 08: Julio 2013

Por fin, el jueves 18 de julio pude volver a rodar con mi nuevo motor y ese mismo fin de semana nos invitaron a una reunión de amigos moteros donde me encontré con viajeras infatigables con muchísimas historias en sus carenados.

Allí Santi pudo aprender de los veteranos moteros de largas distancias por países que nunca había oído nombrar, aventuras que dejarían helado el aceite más denso, historias de compañeras veteranas de las que aún no tenían motor de arranque, …

Y todo ello en un ambiente de amistad y camaradería de lo más agradable, con gaitero incluido para amenizar parte de la tertulia. (Un saludo para Fredo y Chusa y gracias por la invitación).

Como la jornada continua del trabajo de Santi da para mucho, no perdí muchas oportunidades de salir a pesar del tiempo…

Y es que durante el mes y pico que estuve en el taller hubo una ola de calor y un tiempo estupendo en Asturias, pero en cuanto comencé a rodar bajaron las temperaturas y las montañas de cubrieron de una niebla espesa y desagradable.

Al menos son paisajes que ya conozco y hay que reconocer que algunas fotos quedan hasta artísticas y todo.

Además, la nieva siempre se concentra en la parte alta de los puertos, en cuanto bajas de cierta cota vuelve a despejarse y se puede ver el paisaje…

Que no por visto una y mil veces, deja de asombrarme y maravillarme.

Además, la gran cantidad de lluvia caída en el invierno llenó los embalses dando una imagen renovada que hacía años que no se producía.

Un día me enteré que mis nuevas amigas Poshy y Shelley estaban de viaje por el norte junto con sus pilotos Jose y Cristina respectivamente. Por supuesto, tardé poco en ponerme en contacto con ellas para acompañarlas un ratito y servirles de guía si fuese necesario

Como primera visita querían conocer el Angliru, donde las llevé a pesar de la persistente niebla que nos impidió ver el paisaje pero creo que disfrutaron con la subida.

Aquí una foto de Poshy en la Cueña les Cabres con su temido 23,5%. Desgraciadamente, de Viapará hacia arriba la niebla no nos abandonó en ningún momento… ¡una pena!.

Como conozco de sobra la zona, me dediqué a hacerles fotos para que tuviesen un bonito recuerdo de lo poco que se podía ver.

Además, en esta época del año el ganado campa a sus anchas por esta zona ganadera… ¡como debe ser!. Todo es cuestión de circular con precaución y respetarse mutuamente. Hay sitio para todos.

En este punto desaparecía la niebla y pude sacarles una foto en pleno descenso. Si, si, Asturias es muy verde pero debido a la cantidad de agua en forma de lluvia o niebla que tenemos durante todo el año… ¡No se puede tener todo!.

Enseguida las alcancé ya que el “trafico” era muy intenso.

Seguí haciendo de guía a través del Alto de la Cobertoria, embalse de Valdemurrio, parte de la Senda del Oso, La Plaza (Teverga) hasta llegar a Cueva Huerta, en los primeros kilómetros del puerto Ventana. Allí decidí dejarlas seguir solas para no pecar de pesada y que pudieran disfrutar del viaje a su ritmo…

que tienen suficiente experiencia después de sus viajes a Escocia, Cabo Norte,... (Un saludo para Jose y Cristina, puedes seguir la aventura completa en este enlace: Kahuna, Crispy y El Norte

Para rematar el mes di unos cuantos paseos por los alrededores de mis dominios y me di cuenta de lo difícil que es hacerme fotos en sitios nuevos…

Así que tendré que recurrir a ponerle marco con programas digitales a alguna foto para que quede más mona. ¿Qué os parece este marco tipo “cueva”?.

Menos mal que Santi es un culo inquieto y no le importa descubrir nuevas carreteras.

Mira, aquí nunca había estado aunque si pasé muy cerca montones de veces.

La última foto con “mi trípode”. Después de la carrera con el disparador automático y al bajar de donde estaba puesta la cámara, Santi cayó sobre el trípode y le rompió dos patas… me tendré que comprar otro pronto.

Continuamos viaje siguiendo las indicaciones del GPS y…

Creo que llegamos a un callejón sin salida, no podemos avanzar.

Supongo que hace muchos años esta carretera estaría operativa pero el pantano se la comió literalmente, así que hasta aquí hemos llegado… ¿o no?.

Por mis inyectores… ¿¡Donde va con esa pinta!?.

Estoy orgullosa de mi piloto, es de los que cuando los demás dicen “no podemos seguir avanzando”, el piensa… “a ver hasta donde llegamos…”

“Tranquila Vara, solo llega el agua a esta altura…”.

¡¡¡Ni de coña!!!, acabo de estrenar motor y no pienso meterme en esos berenjenales…de momento.




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Año 05 - Mes 08: Averia de motor 2013

Tal y como me dijeron, cinco días después estaba de vuelta en Asturias. Eso si, los trranportistas no fueron todo lo delicados que cabría esperar… y tras la primera revisión rápida de mi mecánico de confianza, Berto, localizamos la avería: otra vez las válvulas de escape del cilindro trasero, tal y como me sucedió hace año y pico a los 200.000 kilómetros.


Y allí estaba yo, medio desarmada, lleva de polvo del último viaje, … Muchos pilotos que me veían se asombraban de mi pésimo aspecto y mientras mi piloto y mi mecánico estudiaban el siguiente paso a dar.


La reparación era sencilla pero implicaba un montón de trabajo en mano de obra para montar y desmontar y todo para reparar mi maltrecho motor que con casi 275.000 kilómetros ya consumía tanto aceite que era un engorro de cara a los viajes largos. Varios días después, apareció un paquete grande en Top Motos 9…


Enseguida Berto se puso a abrir el paquete mientras Santi miraba expectante…


Algo raro había allí, bien envuelto y con un par de cubiertas gastadas de un anónimo amigo ciclomotor a modo de forro.


¡Por los cilindros ovalados de la NR750!... ¡¡¡UN MOTOR!!!.


Enseguida lo sacaron de la caja de cartón y ahí estaba, casi nuevo, brillante, con tapas laterales negras,… PRECIOSO.


Yo lo miraba de reojo y me enteré que provenía  de una donante desconocida que tuvo un siniestro con tan solo 15.000 kilómetros y esperamos que en mi chasis tenga una nueva vida.


Una vez decidido que el cambio de motor era la solución mas lógica a largo plazo, no aguanté demasiado para subirme a uno de los bancos de trabajo…


y poco a poco me quitaron defensas, maletas, carenados, escapes, radiadores,…


todo un montón de piezas que se fueron agolpando en un rincón del taller…


Mientras yo me mostraba cada vez mas desnuda sobre el banco de trabajo.


Enseguida quedaron a la vista muchas zonas que nunca había mostrado….


y aún así, Berto seguía quitando piezas y mas piezas hasta el punto de necesitar apuntalar mi motor para que no me desarmara como un puzzle.


Por fin llegó el momento: todo estaba suelto, todo estaba sujeto de forma provisional…


Y con la ayuda de cinco personas, bastante esfuerzo y un poco de maña, mi motor se posó sobre el bando.


Por supuesto, hasta Santi se ensució las manos para colaborar, ¡faltaría mas!


Ahí estaba, después de cuatro años y medio y casi 275.000 kilómetros, mi motor abandonaba mi chasis.


La sensación era extraña, mezcla de pena por las aventuras vividas juntos y de alegría por las aventuras pendientes de vivir.


Así que totalmente desnuda, esperé impaciente al trasplante mientras miraba desde lo alto mis dos motores posados en el suelo uno junto a otro.


Y aquí los tienes: en primer plano 274.861 kilómetros estrenado y conocido a la perfección por mi, y en segundo plano su sustituto con poco mas de 15.000 kilómetros, suavizado por  otro piloto y un total desconocido para mi.


Mirando en el interior, tampoco hay mucha diferencia entre los dos…


Bueno, tal vez un poco si pero es que los kilómetros no pasan en balde, ¿no crees?.



Totalmente desnuda y con el aspecto de un ciclomotor “grande”, esperé un par de días la preparación de mi nuevo motor.


Hasta que por fin llegó el gran día en el que con mucho menos esfuerzo que para sacar el viejo, mi motor nuevo entró en mi chasis por primera vez.


Eso sí, también hicieron falta varias manos amigas para manejar todo lo necesario.


Y cuando hacen falta manos amigas, siempre está ahí Marcos, ¡¡¡por supuesto!!!, otro gran piloto de otra Varadero y que siempre estuvo presente durante todo mi trasplante. ¡Gracias AMIGO!.



Ahora empezaba lo complicado: sujetar, ajustar y afinar todo para que mi nuevo motor de el mismo resultado que el anterior… por lo menos.


Piezas antiguas se mezclaban con piezas nuevas. En algunos casos, hubo que trasplantar cosas del viejo al nuevo como el motor de arranque, alternador,…


Aprovechamos la ocasión para revisar todos aquellos componentes que pudieran presentar algún problema en el futuro, en este caso vemos el termostato que estaba en perfecto estado pero se limpió a fondo aprovechando la ocasión.


Y ya que estábamos, también limpiamos los latiguillos y conductos, además de darle una capita de pintura por aquello de la estética y eso.


Aquí vemos el alojamiento del alternador con una de las cadenas de la distribución y el hueco del carter.


Ahora toca poner el alternador en su sitio, un alternador prácticamente nuevo porque tuve que repararlo con 234.000 kilómetros.


Pero lo que realmente denotaba el avance de los trabajos eran las piezas externas, como cuando me volvieron a poner los escapes y volví  a tener mi precioso “culo gordo”.


Mientras seguían las revisiones y trabajos de detalle, como la comprobación de la bomba del agua que también estaba en perfecto estado.


No obstante detectamos algunas cosas preocupantes como es aspecto quemado y  fundido de este conector del alternador. Por supuesto, lo reemplazamos para evitar problemas mayores.


Una cosa que me preocupaba del motor viejo era el embrague que con sus 275.000 kilómetros me imaginaba que estaría en las últimas. Aunque no lo desarmamos, nos pareció que aun podía tirar otros cuantos kilómetros. No obstante, ahora tengo un embrague con solo 15.000 kilómetros.


La cosa continuaba y cada vez desaparecían mas piezas del suelo y aparecían en su sitio original.


Además, las preciosas tapas negras de mi nuevo motor me encantan.


Y LLEGÓ EL GRAN DÍA. Arranqué a la primera, soltando un montón de humo por mis escapes y por diversos sitios mas, cosa normal en este primer arranque.


El gran momento...

 
Como no, Marcos también estaba allí y todos nos deleitamos con el sonido de aquel motor, un sonido libre de ruidos internos a los que me había habituado desde hacía muchos kilómetros.


Aun prácticamente desnuda pero con el motor en marcha, estuve arrancada hasta alcanzar la temperatura máxima en la que saló mi electro ventilador. Todo perfecto, ninguna fuga de aceite, ningún escape de agua, los humos desaparecieron, el ralentí perfectamente estabilizado, es sonido embriagador…


Y el resto del trabajo es historia, solo montar piezas hasta que por fin me entregaron de nuevo a Santi. Aquí el gran momento con los artífices del trabajo: Mi gran MECÁNICO BERTO y su gran ayudante Cristian a las puertas de MI TALLER: TOP MOTOS 9, en Oviedo.


Los últimos consejos de Berto antes de salir a estrenar en condiciones ni nuevo motor.


Lo primero que hice fue darme un buen baño que ME LO MERECÍA. Ahora si, radiante y brillante, con motor nuevo y en plena forma… ¿Qué dirían de mi aquellos que me vieron hace un par de semanas y criticaban mi pésimo aspecto…?. Ya estoy lista para rodar de nuevo…



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