Año 01 - Mes 05: Pirineos y Carcassonne 2009

Aprovechando unos pocos días de vacaciones de Santi, decidimos probar suerte con eso de los viajes largos, así cargamos las maletas y nos fuimos de viaje pasando por el desfiladero de Pancorbo.

De ahí me acerqué a Navarra por donde entré en Francia a través de Roncesvalles y el puerto de Ibañeta con una niebla bastante espesa.
Mi primera foto fuera de las fronteras de España, mis primeros kilómetros por tierras extranjeras.

Aunque no descubrí demasiados paisajes, si pude disfrutar de carreteras de curvas preciosas pero con cierta prudencia debido a la lluvia constante.

Lluvia que me obligó a cancelar algún puerto por encontrarse cerrado debido a desprendimientos y corrimientos de tierra.
 Y es que la lluvia no cesó durante los primeros días de este viaje.
Niebla, lluvia, frío y nieve por todos lados, tanto que en ocasiones apenas veía los carteles de los puertos por los que crucé.
Poco a poco fui avanzando por los pirineos en dirección este hasta llegar a Canfrac para visitar su famosa estación de ferrocarril abandonada, toda una preciosidad y todo un desperdicio de medios, recursos y trabajo, una pena.
Unos kilómetros más allá, unos cuantos puertos más allá y unos cuantos kilómetros más allá, fui a visitar el precioso pueblo de Vielha con su arquitectura característica.


El siguiente paso era ascender el Port de la Bonaigua con una fina lluvia constante y algunos tramos con nieve en la carretera pero nada especialmente preocupante.
Afortunadamente, la bajada por la vertiente contraria en dirección a Sort se encontraba más despejada y pude disfrutar de los impresionantes paisajes pirenaicos de este puerto.

Desde aquí hasta Andorra donde hicimos noche y Santi se dedicó a hacer turismo. Al día siguiente el tiempo comenzó a cambiar radicalmente dando paso a unos preciosos días de sol.
El contraste de sol y sombra a primeras horas de la mañana es impresionante por estas latitudes.
Con sol, nieve, en los Pirineos y una moto tan guapa como yo, es fácil sacar preciosas fotos.
Después de abandonar Andorra me dirigí al norte adentrándome en Francia en busca del auténtico destino del viaje.

Y así llegué a Carcassonne, un lugar del que había leído maravillas en infinidad de crónicas de motos viajeras con decenas de miles de kilómetros en sus chasis.
Como íbamos un poco a la aventura, nos perdimos por la ciudad moderna hasta que preguntamos y ya nos indicaron correctamente donde estaba la zona de “la Cité”.
Aun así me despisté un poco y aparqué en la zona trasera, pero nada que no se pueda remediar con un buen paseo andando por parte de Santi.
La zona de las murallas está realmente bien conservada, todo un placer para la vista.
Una vez aparcada, Santi se fue a hacer turismo durante un par de horas por el interior descubriendo muchos rincones encantadores...

Como el castillo separado por un foso y con un pequeño puente de piedra como único acceso…



O la catedral que se aparecía majestuosa dentro de las murallas.


Y las murallas son el auténtico punto clave de Carcassonne: una doble muralla repleta de torreones que imagino harían de esta ciudad un lugar inexpugnable en su época.



Cuando volvió mi piloto de su visita y ya situados, dimos una vuelta alrededor de la Cité para despedirnos de Carcassonne y, posteriormente, de Francia.
Volvimos a España por el Col d’Ares y de ahí nos acercamos a Rives de Freser donde comienza el acceso al Monasterio de Nuria.
Es curioso el acceso a este santuario ya que se hace por medio de un tren de cremallera, uno de los poquísimos en activo que tenemos en España. Nosotros solo pudimos llegar a un pueblecito llamado Queralbs.

Dando por finalizado el viaje, emprendí el regreso pasando por Soria y haciéndome fotos en sitios tan bonitos como este en el que se ve la sierra del Moncayo al fondo.

Año 01 - Mes 05: Abril 2009

El mes de Abril también comenzó con buen tiempo y con ganas de rodar, así que cualquier momento era bueno para dar un paseo por los puertos Asturianos.
Eso sí, el buen tiempo en el norte es un bien muy preciado y escaso, pero nada a lo que no me haya acostumbrado a estas alturas.
Y aquí estamos Santi y yo, pensando que ya va siendo hora de que pasemos a mayores aventuras.
Aventuras que cada vez me llevan más lejos y las provincias limítrofes empiezan a convertirse en un destino frecuente, en esta ocasión, Cantabria.

A parte de las carreteras de curvas, puertos de montaña y zonas de costa, llevé a mi piloto de visita turístico-cultural a la Cueva de El Soplao, una antigua mina que esconde verdaderas maravillas.
Con buen tiempo y en sitios tan bonitos como este, siempre salen fotos preciosas. Va siendo hora de que me proponga excursiones más largas.